LOS FAVORITOS DE ELODIOblog
Nuestro Presidente favorito. Ja. Ja. Ja. Ja. Parece que ya tiene prisa por que alguien le avise que ya se terminó su sufrimiento, que ya se puede ir, que nunca más despertará de noche, con los bigotes mojados de puro sudor de pánico, y con Martita diciéndole: "Thanquilito, Vizente".
Divertíos, como nosotros desde nuestro campito vacacional, con
estas bonitas declaraciones de Fots, bestia honoraria que nació envuelta en hojas de tamal.
(TEXTO POR XAVIER DERNIER, QUE YA TRAE UN BONITO BRONCEADO VERANIEGO, Y NO ES POR PRESUMIR)
Y AHORA CON USTEDES, XAVIER DERNIER
Larga ha sido la espera, pero también complicadas y profundas han sido las oscuras cavernas desde las cuales hemos sobrevivido a peligros peores y amenazas ominosas (ja).
ELODIOblog sigue vivo, pero el Equipo Editorial completo se ha ido de vacaciones y, es menester declararlo, tendremos algunos días en que los posts han de aparecer, digamos, con cierto espaciamiento entre unos y otros. Sed pacientes, odiados lectores: olemos vuestra desesperación, casi podemos saborear vuestro sufrimiento, por las noches nos despierta el intranquilo estertor de vuestras pesadillas de odio, pobladas de desconsuelo desde que no estamos a diario con vosotros. Pero sabed: sólo es un viajecito porque ya nos reventaban las vértebras lumbares de tanto trabajo.
La angustia es una demostración de vuestras presuntas humanidades. Disfrutadla. Nosotros, mientras tanto, os ofrecemos esta visión de vuestro odiado Equipo Editorial: henos en un pequeño departamentito en cierto lugar del continente americano, donde las tormentas pasan sin que nadie deje de notarlas y donde el sol brilla con tal fuerza que parece que quisiera desquitar su sueldo. Para el frío, hay un sofá-cama y una cobijita estampada con delfines; para el calor, un verde jardín donde los árboles se mecen como si intentaran sostener una conversación con un vecino lejano, y tuvieran que esforzar sus propios cuerpos de madera tierna para acercarse más a los igualmente atareados interlocutores. Hay, también, una cantidad obscena de libros listos para ser leídos. Las horas pasan sin más preocupación que la de no hacer ruido, no sea que la quietud note algo raro. Nadie hay a la redonda. Las noches llegan pronto, y se retiran con disciplina militar. Aquí no hay obligaciones editoriales, horarios fijos, empleados idiotas, jefes amargados, gente odiosa. Es decir: la hay, y a montones. Pero no nos importa.
Sea. Tened envidia de nosotros y sentid, en vuestros cuerpos tristísimos, el secreto signo de vuestra perenne inferioridad.
Os seguimos odiando. Es sólo que ahora nos importan otras cosas... por algunos días.
Vale. Largo. O quedaos allí: no nos interesa. Ja. Ja. Ja. Jajajaja.
(TEXTO POR XAVIER DERNIER)